La Agente de la Policía Municipal asesinada en Madrid tenía 62 años. Con su compañero de patrulla sumaban 114 años. ¿Es esta la seguridad que se quiere dar al ciudadano?.
COP quiere trasladar sus condolencias a la familia y compañeros de la agente fallecida.
COP denuncia que se obligue a patrullar las calles a policías de edad tan elevada y que nadie haga nada por evitarlo. Son demasiados los años que llevamos avisando de que un policía a esa edad no debe estar haciendo frente al día a día de la función policial. Si a ello sumamos la falta de medios y de formación, tenemos un cóctel macabro que sólo puede dar como resultado noticias tan tristes como la de hoy.
Por desgracia, seguimos constatando que, a pesar de nuestras advertencias, nadie hace caso al hecho real de que la peligrosidad va en aumento y de que el día a día en la calle es cada vez más duro y difícil. Lo lamentable es que los políticos están contribuyendo a que así sea con sus medidas en contra de los trabajadores.
Mientras los policías se baten el cobre en la calle, los que tienen el poder de decidir están cómodamente instalados en sus despachos. Tienen el poder, sí, pero son unos cobardes, porque no se atreven a tomar la decisión que los policías demandamos y que necesitamos ya.
El adelanto de la edad de jubilación de los policías es una medida con la que se genera empleo, se rejuvenecen las plantillas y se mejora la seguridad ciudadana. ¿Hacen falta más argumentos positivos?. ¿Tienen que morir más compañeros como Carmen para que de una vez por todas se haga algo?.
Si hubieran tratado a todos los policías por igual, Carmen estaría hoy viva y jubilada al igual que los compañeros de su edad de la Ertzaintza, de la Policía Nacional o de la Guardia Civil. Se nos exige lo mismo, se nos trata diferente.
Ahora, más que nunca, es necesario abordar medidas para corregir ya esta situación. Si no se hace, la clase política seguirá perdiendo la poca credibilidad que le queda. Entre los policías, ninguna.
Madrid, a 9 de agosto de 2012