martes, 22 de enero de 2013

La justicia reconoce a los funcionarios una mínima parte de la extra de Navidad

  • El TSJM considera que se debe abonar la parte correspondiente a 14 días de julio 
  • Son unos 120 euros de media por empleado público 

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) reconoce que los empleados públicos a los que se retiró la paga extra de diciembre tienen derecho a cobrar la parte correspondiente a 14 días, entre 60 y 240 euros. 

La demanda fue interpuesta contra la Agencia de Informática y Comunicaciones de la Comunidad de Madrid, con unos 649 empleados, y reclamaba la primacía del convenio colectivo colectivo frente a la ley. La sentencia desestima la petición principal y tampoco admite la subsidiaria de que se abone una catorceava parte de la retribución anual pero sí reconoce el derecho a cobrar la parte de la paga extra devengada por trabajar del 1 al 14 de julio pasado, cuando entró en vigor el real decreto ley.

La sentencia (que es recurrible ante el Tribunal Supremo en casación) condena a la Agencia de Informática y Comunicaciones de la Comunidad de Madrid, a pagar la parte correspondiente a esos días, lo que costará al organismo unos 78.000 euros, a unos 120 euros de media por trabajador. Si  los tres millones de empleados públicos reclamasen su parte, con la misma media, el erario público tendría que desembolsar 360 millones. Con la suspensión de la paga, que el País Vasco intentó sortear hasta que intervino el Tribunal Constitucional, el Estado preveía ahorrar unos 4.000 millones.

La Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC) de CC OO  considera que este criterio del TSJM debe aplicarse a todos los empleados públicos y emplaza al Gobierno a reconocerlo para evitar la proliferación de demandas colectivas e individuales. La mayoría de los empleados públicos (unos 2,5 millones) devenga sus pagas extraordinarias semestralmente, por eso en la demanda no se reclama la parte proporcional de la extra de Navidad desde el 1 de enero de 2012 sino desde el 1 de julio, cuando comenzaron a generar el derecho a la paga de diciembre. Pero otros cientos de miles devengan las extraordinarias con otros mecanismos, por ejemplo el convenio del personal laboral de la Administración del Estado lo hace de noviembre a noviembre, según fuentes de CC OO. De esa forma, la cantidad a que tendrían derecho algunos trabajadores públicos podría ser mucho mayor.

La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Begoña Hernani, argumenta que el real decreto ley establece un "estado de excepción" en la negociación colectiva por lo que su contenido prevalece sobre lo pactado en el convenio colectivo.  Pero no está de acuerdo la ponente con el informe del Ministerio de Hacienda que considera que la paga de diciembre se devenga "el primer día hábil de dicho mes" por lo que ordena que no se incluye el prorrateo correspondiente por ejemplo en caso de liquidación por cese.

Al contrario, cita una sentencia del Supremo para avalar que las pagas extras son "salario diferido" que se "devenga día a día" y no constituyen "meras expectativas" por lo que "no pudiendo tener la norma efecto retroactivo" considera que sí tienen derecho los trabajadores a cobrar la parte correspondiente a los 14 días de julio.

Fuente: El Pais


viernes, 18 de enero de 2013

LA CORPORACIÓN MUNICIPAL RECONOCE LA LABOR DE LOS POLICíAS LOCALES QUE HAN CUMPLIDO TREINTA AÑOS DE SERVICIO











   El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Algeciras  ha sido escenario esta mañana del reconocimiento que la Corporación Municipal ha tributado a los efectivos de la Policía Local de Algeciras de la promoción de 1983, por cumplir treinta años de servicio. El acto ha estado presidido por el alcalde, José Ignacio Landaluce, a quien han acompañado el teniente de alcalde delegado de Seguridad Ciudadana, Jacinto Muñoz Madrid, y el superintendente del Cuerpo, José Medina.

   El primer edil ha destacado que esta promoción, formada por treinta y cinco hombres, fue la encargada de efectuar el relevo generacional en la actual Policía Local, y que de ella han salido dos inspectores, un subinspector y varios oficiales, que juntos a los agentes han recibido la insignia de la ciudad.

   Landaluce ha dicho a los policías que “agradezco ese espíritu de trabajo, esa labor callada y continua que se aprecia con los años, y esa disposición a servir y proteger al ciudadano, máxima que ondea en el espíritu de todos los que os dedicáis al servicio de un pueblo, de nuestra ciudad”.

   Por su parte, el delegado de Seguridad Ciudadana ha indicado quelos ciudadanos tienen hoy a su servicio un Cuerpo policial moderno, preparado para afrontar los continuos retos que la sociedad plantea. Pero para alcanzar estos niveles de profesionalidad ha sido necesario contar con el factor humano de aquellos agentes que tuvieron en su momento la responsabilidad de ejecutar la transición desde aquella Policía Municipal hasta la actual Policía Local. Y ustedes, los servidores públicos que continúan en activo y que forman parte de la promoción del año 1983, fueron quienes hicieron posible ese cambio. Hoy, tres décadas después, la ciudad, su ciudad, se lo reconoce y agradece”.

   En representación de los policías ha intervenido el inspector Amador Gómez Pomares, para agradecer este reconocimiento y destacar el avance que la Policía Local ha registrado en estas tres décadas.

sábado, 5 de enero de 2013

BIENVENIDOS !!!



¿DONDE ESTÁ MI PAPÁ?

Eran las diez de la noche. Pablo dejó a su familia y se dirigió al Cuartel para iniciar el servicio, no sería un servicio más. Era la víspera de Reyes, una noche de 5 de enero, el viento soplaba con una fuerza inusual. Sus compañeros ya estaban preparados para iniciar la patrulla, abrigados de pies a cabeza.
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Jaime y Susana -el hijo de Pablo y su esposa-, se quedaron en casa tras haber cenado todos juntos, en familia. El pequeño Jaime estaba a punto de cumplir los seis años y esa noche era especial, pues los Reyes Magos iban, un año más, a hacer realidad sus ilusiones. Este año el pequeñín había pedido un regalo especial, que su padre no se fuese como siempre cuando llegaba la Navidad, que los Reyes le diesen unas merecidas vacaciones como a él se las dan en el cole. No era justo que en días tan señalados como Reyes, Nochebuena y Nochevieja se tuviese que ir a trabajar. Cuando el pequeño se metió en la cama, su padre le dio un fuerte abrazo y un sonoro beso, que adornó con unas palabras.
 –Jaime, algún día los Reyes te harán caso y me darán esas vacaciones, pero por el momento tengo que ir a trabajar esta noche, pues los Reyes Magos también tienen que hacer su trabajo con seguridad, y para eso estoy yo, para protegerlos.
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La primera parada de Pablo y Luis -su compañero de patrulla esa noche- no podía ser otra que tomar un café bien caliente y de paso comentar entre ambos los puntos de vigilancia que iban a realizar por los diversos distritos de la ciudad..
La noche transcurrió sin novedad, hasta que a pocos minutos de las seis de la mañana la voz alterada que salía por la emisora presagiaba lo peor. Un grave accidente se había producido en la carretera que une las dos ciudades. El vehículo policial activó las sirenas y partieron velozmente al punto del siniestro.
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Jaime se despertó súbitamente, alertando a su madre que dormía en la habitación de al lado.
- ¿Qué te pasa Jaime?
- Mamá, ¿ha venido ya papá, está ya aquí? preguntó el niño.
- No cariño, está a punto de llegar, son las seis de la mañana, es muy temprano todavía, pero no te preocupes que llega enseguida, y cuando te levantes miraremos todos juntos si los Reyes Magos te han traído todo lo que has pedido.
- No, mamá, no quiero los regalos, quiero ver a papá.
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Cuando llegaron al lugar del accidente no podían creer lo que allí se estaba fraguando, los restos de al menos dos vehículos estaban esparcidos por toda la vía, se oían los rasgados llantos de niños y mayores. Al parecer se había producido una colisión frontal. Una persona profundamente embriagada lloraba desconsolada en la orilla de la vía.
- Nooooo, ¿qué he hecho, qué he hecho? Repetía una y otra vez con una voz casi agotada.
En el interior de uno de los vehículos había dos personas muertas, destrozadas, desfiguradas y una mujer embarazada, a punto de dar a luz que sollozaba levemente. Entre Pablo y su compañero consiguieron sacar a la mujer del vehículo y apartarla de la vía. Todo estaba muy oscuro, apenas se podía ver a diez metros de distancia. La circulación era escasa, no había pasado por allí ningún vehículo desde que los agentes habían llegado.
De repente el trabajo se complicó, mientras pedían refuerzos para señalizar la vía, la mujer rompió aguas y se preparaba para alumbrar una nueva vida. Los policías hacían lo que podían hasta que al fin nació la niña.
En ese instante, un vehículo se acercó a demasiada velocidad, no pudo ver que la carretera se encontraba obstaculizada por uno de lo vehículos accidentados. Con un fuerte volantazo se desplazó hacia la derecha, hacia el punto donde se encontraban los policías con la mujer que había dado a luz. Ocurrió lo peor, el cuerpo de Pablo salió fuertemente despedido hacia las malezas, el vehículo acababa de atropellarlo. Su compañero resultó ileso, gritó enérgicamente en aquel endiablado lugar, trató de reanimarlo, era inútil, el coche le había destrozado la cabeza. Todo lo que habían hecho se desmoronó de golpe. Demasiadas vidas se perdieron esa noche de Reyes por culpa de una persona que había bebido en exceso antes de conducir, la persona que lloraba en el margen de la vía, incapaz de mantenerse en pie y juntar tres palabras seguidas.
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Cuando desde el Cuartel llamaron a la esposa de Pablo ésta maldijo el día que su marido se metió a la policía, maldijo a  todos aquellos que critican a la policía sin saber, maldijo ese día de Reyes y habría preferido que Pablo estuviese en un despacho por las mañanas en lugar de trabajar a turnos. Aquel día se acabó la vida para el pequeño Jaime, perdió a la persona que más quería, odió a los Reyes Magos por no haberle traído su regalo favorito, a su padre.
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Desde el cielo, Pablo trata de ser fuerte y mandarle toda esa energía a su familia. Sabe que aquella noche actuó como lo habría hecho cualquier servidor público. Cuando entró en la policía sabía a lo que se exponía y le gustaba ayudar a los demás, al fin y al cabo alguien tiene que hacer ese trabajo. Pero nadie en el Cielo comprendía por qué los humanos se critican los unos a los otros, se odian, se envidian, se matan entre ellos, dejan a las personas morir de hambre. En el Cielo todo es distinto, se aman los unos a los otros e incluso los malvados tienen la oportunidad de reinsertarse.
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Para todos los Pablos que pueblan el mundo, este es mi homenaje.
Juan Antonio Carreras Espallardo.