Dicen que no hay nada más inútil que leer un periódico del día anterior. Entonces este escrito es doblemente inútil porque hace referencia a una noticia de hace unos cuantos días, pero esta madre, con espíritu de reportera, no ha podido antes.
Los pasado día 27 y 28 de Abril, tuvo lugar el Primer Congreso Iberoamericano de Policías para la Seguridad y Educación Vial en Puente Genil. Dos días intensos, de intercambio de experiencias, entre policías e implicados en la seguridad vial, de América y España.
Buenas prácticas, experiencias, ejemplos y demostraciones, que dieron a las jornadas un ritmo, a veces, difícil de seguir por la intensidad. Y todo ello en el marco de este pueblo andaluz, para muchos famosos por el “dulce de membrillo”, pero que a partir de ahora, también lo será por haber sabido organizar este primer encuentro en España. Y que espero no se quede en el primero, y pueda seguir en un segundo, un tercero, etc.
Hubo muchas personalidades del mundo de la administración: Junta de Andalucía, Gobierno Regional, Gobierno del País, Fiscalía General del Estado, Fiscal de la Seguridad Vial, D.G.T., … Personas que normalmente aparecen en la inauguración y desaparecen (he de decir que no fue el caso de algunos, y como en el caso de la Fiscal Delegada de Seguridad Vial de Córdoba, que se mantuvo durante todas las jornadas).
Alcalde, alcaldes, personalidades de Sudamérica, empresas, pedagogos, psicólogos, ponentes de aquí y de allá…
Pero yo, si he de destacar a alguien es a los policías educadores. La mayoría, pertenecientes a la asociación Atesvan de Andalucía, y otros integrantes de otras asociaciones, también policías educadores, y todo ellos pertenecientes a la federación FETEVI.
Algunos, además de policías, son músicos, cantantes, actores, titiriteros. Cualquier cosa sirve para enseñar y captar la atención del niño, y ellos lo consiguen.
Y como resumen yo diría que una vez más se puso de manifiesto la importancia de la enseñanza de la seguridad vial, de la educación vial, del trabajo de tantos y tantos policías, sin estrellas ni galones, y a veces, hasta sin uniforme, a los niños en edad temprana, y a otros más mayores.
No es la primera vez que conozco la labor de estos policías. No es la primera vez que les animo a que la sigan ejerciendo, porque un niño educado es un futuro conductor concienciado, pero es un trabajo inmenso, fuerzas dispersas, la gran mayoría en forma altruista y desinteresada, que se debiera agrupar y aunar. Y esto no será posible mientras que la seguridad vial no sea una asignatura obligatoria en toda la edad escolar.
Estos policías educadores tienen que luchar, a veces, contra los propios jefes o el político de turno. Y si la buena voluntad del político de turno y su grado de concienciación coincide con la del policía educador, entonces se puede dar un congreso como este de Puente Genil.
Y puesto que en esta ocasión, además, nos han dado voz a las víctimas (incluso un emotivo homenaje a las víctimas), yo quiero hacerles una petición a todos estos educadores.
Hace ya algunos años os pedí que no dejaseis de hacer esta labor con los niños. Que no os importara que fuera de forma altruista, que la recompensa sería grande. Hoy os digo: Como asociación de policías por la educación y la seguridad vial, ayudadnos a conseguir que la enseñanza de la seguridad vial, que la educación vial, sea obligatoria.
Que el ministerio de Educación facilite planes específicos para su enseñanza y que exista la figura del policía educador de forma oficial y protocolarizada, y siendo una enseñanza más, la educación vial tenga la importancia que se merece.
La seguridad vial es cuestión de todos. La educación también es consecuencia de las actuaciones de todos, porque el ejemplo es también enseñanza, y la enseñanza educa.
Vosotros hacéis mucho por la disminución de víctimas: primero enseñando a los niños, después, corrigiendo a los no tan niños, y, por desgracia, cuando ya se ha producido el siniestro, haciendo bien vuestro trabajo: un buen atestado es el primer paso para encontrar algo de justicia.
Mi agradecimiento a la corporación municipal de Puente Genil por todas las atenciones. Espero que vuestra implicación perdure en el tiempo y en el ejemplo y este no sea el primero y el único congreso.
Y a todos los que han cruzado el mar para llegar hasta aquí.
Gracias, Rafael Ruiz Estepa y Concepción Ruiz Montero, artífices de este encuentro. A Manuel Márquez Muñoz, maestro de ceremonia. Alcalde de Puente Genil, siempre es bueno tomar el liderazgo, especialmente si es en tema de educación. Muchas gracias.
Y gracias a todos los que me enseñaron algo.
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