La muerte siempre tiene la capacidad de sorprendernos,
no por esperada resulta menos dolorosa, menos lesiva, menos traumática. La
sensación de vacio, de ausencia, no por asumida se torna más mansa e
inofensiva.
El cuerpo, tan anestesiado a
desastres y sinsabores, se estremece de nuevo ante la realidad de lo
imaginado.....en mi profesión, complicada donde las haya, repleta de malos
tragos y desagradables encuentros, se valora mucho más a las personas y se
aprecia la dimensión humana de tus compañeros de viaje. Es un inmejorable baremo
donde la capacidad y envergadura de los hombres se cuantifica con cierta
facilidad.
Paco era uno de esos
veteranos de la vida policial, un decano, de la experiencia asumida en carne
propia, un erudito curtido bajo los años de servicio.
Su aparentemente fragilidad física
encerraba una aplastante presencia mental, tras sus pausadas formas se revelaba
una tremenda capacidad de recursos, tras su absoluta tranquilidad, una prudencia
curtida al calor de la experiencia.
Saber que Boiso estaba de
guardia nos imbuía de una tranquilidad y confianza que sólo ahora, que sabemos
que no volverá, somos capaces de valorar al extremo, no había una comparecencia
complicada ni un atestado enrevesado que su intervención no solventara para
tranquilidad de todos nosotros, su participación era sinónimo de buen hacer, de
eficacia y, muchas veces, de orgullo de los que lo rodeaban....un instructor
discreto, eficaz, silencioso, prudente, tranquilo, eficiente y sobre todo, sobre
cualquier cosa, humano.
Un referente en su puesto y un
ejemplo para los que quisieran ejercer su labor, pues se unía la persona con el
profesional y en esta simbiosis, casi equitativa, no hay vencedor posible.
Paco era tan buen Policía como persona, tan buena persona como Policía,
siendo así, nuestra perdida, la de todos, es doblemente dolorosa, es la verdad,
aunque sé que no te hubiese gustado tantos honores, reconocimientos ni
profusiones. En tu grandeza eras poco amigo de grandilocuencias y pomposidades,
no las necesitabas, jamás las buscaste....todos lo sabemos.
Dicen que la virtud o dimensión de
las personas sólo se puede medir con los recuerdos que dejan atrás.....puedes ir
tranquilo, tu vida nos regaló mucho y a muchos, ayudaste al que se acercó y tus
conocimientos estaban al servicio de todos, fuiste siempre así de discreto y
humildemente generoso.
Espero que allí arriba haya una
inspección de guardia y que, como siempre, al comparecer nos recibas tras el
ordenador e inclinando levemente la cabeza nos lances, sobre las gafas, esa
mirada brillante e inteligente, nos oigas con tu condescendencia y compresión
casi paternal y nos ayudes, como siempre lo hacías, a explicarnos, entendernos a
escribir, a vivir....¿sabes? a casi todos nos faltó algo antes de que te
marcharas, creo que por algún motivo u otro a muchos se nos quedó en el tintero
decirte esto, esta es la voz de los agentes, las personas, los compañeros que
nos quedamos con el nudo en la garganta y las ganas de decirte simplemente
gracias....GRACIAS!!!....Paco, cada uno de nosotros sabe
porqué......
Fdo.: Sergio Vallecillo Tornero
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