domingo, 23 de octubre de 2011

Las penurias de la policía


Coches patrulla sin seguro ni ITV, uniformes viejos, pruebas de tiro sin hacer e impagos de nóminas sacuden a los policías locales.

> La escasez de recursos de los ayuntamientos de la provincia los deja sin material básico

Hace no muchos años, conseguir una plaza como funcionario en la Administración local era sinónimo de futuro laboral resuelto. Entre esos trabajadores públicos, los policías locales eran un claro ejemplo, envidiados por otros cuerpos policiales nacionales con peor remuneración. Sin embargo, la situación actual de crisis ha trastocado todo. La mayoría de los ayuntamientos gaditanos presentan problemas de tesorería y eso se está traduciendo ya en importantes recortes en las condiciones de sus plantillas. Los casos más graves se conocen en Barbate y La Línea, donde se acumulan los impagos de nóminas.

Pero si se echa la mirada al resto de la provincia, el diagnóstico no es nada halagüeño. Para hacer esta radiografía de cómo está azotando la crisis a las policías locales de los municipios gaditanos, se ha hecho un muestreo a partir de las 14 poblaciones más importantes de la provincia y la conclusión es demoledora: solo en dos plantillas –Algeciras y Chiclana– los agentes se «dan con un canto en los dientes». Aseguran que dadas la penurias que están pasando algunos compañeros, ellos se encuentran conforme. Reciben sus nóminas con puntualidad y en el caso de Algeciras, incluso tienen un parque móvil renovado. Reconocen, eso sí, que todos esos logros han sido posible tras años de reivindicaciones. Pero a día de hoy son los reyes tuertos en un país cada vez más ciego.

Arcos (53 agentes) Coches sin pasar el seguro

Conducir un vehículo sin estar asegurado es una infracción catalogada ya como delito contra la seguridad vial. Cualquier ciudadano que es sorprendido de esa guisa al volante se enfrenta a una dura sanción. En Arcos, quien ha estado incumpliendo esta norma es la propia Policía Local. Al menos desde enero hasta septiembre, los cuatro coches-patrulla que componen el reducido parque móvil de esta plantilla, estaban con las pólizas vencidas desde finales de 2010. Los agentes se dieron cuenta de esta anomalía tras un accidente de un compañero. Al contactar con la aseguradora y la base de tráfico confirmaron que estaban sin seguro desde enero.

Ante tal desprotección, al menos uno de los agentes planteó a la jefatura su negativa a conducir un vehículo en esas condiciones. La respuesta que han obtenido por ahora es una propuesta transitoria por parte del equipo de Gobierno para asegurar dos de los coches. Con cuatro patrullas y solo cuatro motos, el más de medio centenar de agentes se ven abocados a desplazarse a pie en un municipio con núcleos de población alejados del casco urbano. Una de las consecuencias es obvia: el servicio al ciudadano, se resiente.

Puerto Real (55 agentes) Cómo trabajar sin medios

En una de las poblaciones de la Bahía que año tras año crece en población, su Policía Local va menguando en agentes y lo que es más grave, a día de hoy presenta graves carencias de medios que le imposibilita cumplir muchas de sus funciones. Entre las competencias que tienen asumidas los agentes municipales está la vigilancia del tráfico. Sin embargo, los habituales controles de alcoholemia que se desarrollan en otras localidades, en Puerto Real no se realizan, salvo que intervenga la Guardia Civil. La jefatura carece de un alcoholímetro para detectar y sancionar una de las infracciones más comunes al volante. Y en el día a día, los funcionarios deben repartirse el único coche-patrulla disponible; un vehículo, que según las fuentes consultadas, tan solo se diferencia de un turismo al uso por las pegatinas que luce en la carrocería. En su interior carece de medios básicos como la mampara que divide la parte de atrás, donde se ubican los detenidos.

El resto del deficiente parque móvil lo componen cuatro ‘scooter’. Las patrullas a pie son el pan de cada día, aunque desde el centro urbano a núcleos como el Río San Pedro disten varios kilómetros. La plantilla espera que el nuevo equipo de Gobierno, encabezado por la alcaldesa Maribel Peinado (PA) atienda a sus demandas tras años de olvido, que han hecho de esta Policía Local una de las más deficientes en medios de las que han sido analizadas. Entre las reivindicaciones más urgentes están las prácticas de tiro. Por norma, estos trabajadores que van armados para mantener el adiestramiento deben realizar al menos una práctica al año. Hace tres que no ponen a prueba su puntería.

San Fernando (100 agentes) Vacantes sin cubrir

La Isla es la principal receptora de población que sale de la capital por la falta de vivienda. Y aunque en los próximos años se prevé que iguale a Cádiz en número de habitantes, la Policía Local va disminuyendo en efectivos. Desde 2008 se han producido nueve bajas que siguen sin cubrirse. Fuentes policiales aseguran que la política que se está siguiendo con ellos es amortizar esas plazas y destinar ese dinero a la contratación de personal de confianza para otras áreas. De seguir esta tendencia, los agentes temen que la plantilla envejezca progresivamente y cada vez sea más deficitaria la respuesta al ciudadano.

El Puerto (104 operativos) Sin coches en fin de año

Una de las noches con más riesgo del calendario es sin duda la de fin de año. En El Puerto, epicentro de la movida nocturna en la Bahía, la Policía Local se quedó en la última Nochevieja sin vehículos. Aquellos servicios que se pudieron atender a pie, fueron los únicos que se realizaron. Por suerte no coincidieron, por ejemplo, tres accidentes a la vez; algo nada improbable en una noche de excesos como la del final del año. La flota de vehículos de esta plantilla la componen seis vehículos (dos de ellos están averiados en estos momentos) y 12 motos, frente a las 24 que tenía en 2005. Ese deterioro de medios también se refleja en el número de efectivos. Las bajas que no se cubren se sustituyen por horas extras que hacen los policías en activo. Una medida de urgencia que no resuelve la reducción en cubierta de la Policía Local. Ante esta situación, problemas como la absoluta falta de formación continua de los agentes parecen una quimera.

Jerez (300 agentes) Con la nómina troceada

Imagínese que su nómina, con la que paga los recibos y la letra de la hipoteca, le llega troceada a lo largo del mes. Su economía doméstica se vería resentida al no poder organizar los pagos. Las consecuencias son claras: retrasos en los cargos, pago de comisiones por descubiertos... En esa tesitura se encuentran los agentes municipales de Jerez, entre las víctimas del agujero económico que presentan las arcas públicas de ese ayuntamiento. En estos momentos los agentes reciben su salario en cuatro veces. Por ejemplo, un funcionario con un sueldo base de 1.500 euros ha percibido a estas alturas del calendario unos 900 euros, y así llevan un año. El horizonte de futuro no les invita al optimismo y el temor de los impagos está presente.

Conil (39 agentes) Rosario de deficiencias

Hacer un resumen de las principales deficiencias que presenta esta plantilla es complicado de realizar en pocas líneas. El número de efectivos sigue siendo el mismo hace tres años y tampoco se producen incorporaciones en verano, cuando Conil pasa de 21.000 habitantes a 100.000. Las horas extraordinarias no se pagan desde mayo, según las fuentes consultadas; los sistemas de transmisión (walkies) no funcionan; algunos llevan diez años averiados. En más de una ocasión han recibido la negativa de alguna gasolinera a la hora de repostar sus vehículos por la deuda que tiene contraída el Ayuntamiento. Y la ITV no la han pasado dos de los tres coches-patrulla que componen la flota. En la ciudad donde se declaró la guerra al botellón, el etilómetro del que dispone la Policía Local para hacer los controles no ha pasado la revisión. Eso pone muy fácil a los infractores recurrir ante los tribunales las pruebas que les hagan y den positivo.

Ubrique (21 agentes) El alcalde les presta el coche

Un único vehículo, con ocho años de antigüedad, para patrullar un municipio serrano como Ubrique hace muy complicado que esté a pleno rendimiento los 365 días al año. Por eso, los agentes se han visto obligados a tirar del vehículo oficial que tiene el Ayuntamiento o del coche que tienen asignado los técnicos del área de Vías y Obras del Consistorio. En ambos casos, dichos turismos no están preparados ni equipados para realizar funciones policiales. Las dos motos que completan el parque móvil son claramente insuficiente para dotar a la veintena de agentes. Como en otros municipios, si hay un accidente en el casco urbano en el que se debe efectuar la prueba de alcoholemia, deben esperar a que la Guardia Civil acuda a realizar la prueba o les facilite un dispositivo porque el etilómetro que tienen hace un año que no funciona. Así, han llegado a tardar hasta más de una hora en poder efectuar una prueba de ese calibre y en la que el tiempo es una circunstancia determinante.

Tarifa (60 agentes) 12.000 euros de presupuesto

Impagos en las nóminas aún no se han producido, pero la sombra de la amenaza no se la quitan los policías locales de Tarifa. El presupuesto que le han adjudicado a la Jefatura para todo un año hace presagiar que se avecina una época de fuertes recortes: 12.000 euros para atender desde las averías en los vehículos a cualquier incidencia que se produzca a lo largo de 12 meses. En esta población también se han dado casos de vehículos patrulla carentes de seguro; pero según reconocen fuentes policiales, tan pronto se detecta una anomalía de este tipo, los coches quedan parados. Los agentes lo tienen claro, no van a cometer una infracción ni se van a exponer a sufrir un accidente y carecer de cobertura alguna. Como ocurre en otras jefaturas, el único dispositivo para realizar las pruebas de alcoholemia estuvo todo el mes de agosto –fecha de máxima afluencia en la localidad– en Madrid pasando la revisión. Los agentes recurrieron a otro dispositivo digital (de aproximación), cuyos resultados pueden ser fácilmente recurridos por los conductores. Las mismas fuentes consultadas advierten que ante la falta de cobertura de vacantes –hace cuatro años que no se convocan plazas– los servicios al ciudadano están cayendo ante la imposibilidad de dar una respuesta.

Barbate (38 agentes) Un solo agente activo

En julio pasado, la Policía Local de Barbate fue noticia. Un único agente estaba activo al coincidir varias bajas médicas. Ese funcionario no podía patrullar ya que tenía que atender la Jefatura. La población se quedó sin vigilancia de los agentes municipales. Fue cuando salió a la luz el grave problema de personal que presenta esta plantilla, con un déficit de 20 agentes, según cálculos sindicales. A eso se suma un retraso de dos años en el abono de las horas extras y el principio de los impagos en las nóminas.

Sanlúcar (90 agentes) Uniformes viejos

Una de las deficiencias que más se repiten es el retraso en la entrega de los uniformes de verano e invierno. En el caso de Sanlúcar, este verano los agentes han tenido que tirar de las uniformidades del año pasado y ahora que se aproxima el invierno, desconocen si tendrán o no nueva equipación pese a que es una profesión en la que la indumentaria se resiente mucho. Aunque son de los pocos que acaban de estrenar dependencias nuevas, algunos problemas persisten como los equipos informáticos obsoletos o la desconexión total desde hace más de un mes con la base de datos de la DGT. Desde el Sindicato Independiente denuncian que pese a la época de crisis, la política de enchufismo y gratificaciones sigue estando a la orden del día en ese Ayuntamiento. Y citan como ejemplo el ascenso «a dedo» de un subinspector, anulado judicialmente.

Cádiz (225 agentes) Transmisiones ‘pinchadas’

En la capital, el sistema de transmisiones por el que se comunican las patrullas es muy vulnerable. Tanto que están acostumbrados a que cualquier radioaficionado pinche su frecuencia y pueda oír todas las instrucciones policiales. Si ese ‘pirata’ de las frecuencias es un delincuente, puede saber con antelación cualquier paso que den los agentes municipales. Además de vulnerable, señalan las fuentes, se interrumpe habitualmente dejando aislados a los policías. En Cádiz también sufren el déficit de plantilla. Existe quince vacantes que por ley debían haber sido cubiertas desde el año 2008, antes de que la crisis llegara al nivel actual.  

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